Replantear la relación con China

Frente a las pérdidas incurridas por el Ecuador, la postura de Pekín es de injustificada prepotencia.

El balance de la relación con China es negativo. Incluye préstamos amarrados sin transferencia de capitales y con tecnología de dudosa reputación; obras sobredimensionadas y no receptadas; costos altos en las cotizaciones de las mismas; préstamos lesivos con garantía de petróleo. Hay un saldo acumulado patéticamente negativo en la cuenta corriente de la balanza de pagos entre los dos países, y ahora hay evidencia de abuso de la posición de mercado cuando los chinos le causan serio daño a la marca Ecuador en materia de camarones. Lo han hecho con el escandaloso pretexto de trazas millonésimas de contaminación de coronavirus que ellos originaron y regaron por todo el mundo, por la actitud opaca de su gobierno.

Llegado que está el momento de reestructurar la deuda bilateral, nuestra posición de negociación debe reflejar la molestia que, naturalmente, existe por las actitudes poco amistosas y abusivas de los orientales. Frente a las pérdidas incurridas por el Ecuador, la postura de Pekín es de injustificada prepotencia. Los ecuatorianos confiamos en que el gobierno tomará una actitud de defensa cerrada del interés nacional, desterrando el servilismo adoptado a partir de 2007.