Plata o plomo
Ceder es dejar a los hospitales bajo el control absoluto de las mafias que solo buscan lucharse del dolor ajeno
Ser director de hospital, en estos tiempos, es una profesión de alto riesgo. El asesinato de dos altos funcionarios manda un mensaje claro de las mafias enquistadas en los hospitales a quienes los administran: se allanan a sus exigencias o pagan las consecuencias. En otros palabras: plata o plomo, como la frase que se acuñó entorno a un reconocido narcotraficante colombiano.
Lo verdaderamente grave es que el mensaje llegue a calar hondo. Que las autoridades actuales y las venideras de los hospitales terminen cediendo ante las mafias por el miedo a perder la vida o la de sus familiares. Ni el Gobierno, ni las instituciones que administran los centros de salud, ni la sociedad en general pueden permitir que el temor se convierta en el camino a seguir. Ceder es dejar a los hospitales bajo el control absoluto de las mafias que solo buscan lucharse del dolor ajeno, como ya lo hicieron sin ningún pudor durante los días más duros de la pandemia del coronavirus.
Investiguen. La Fiscalía debe ponerle rostro y nombre a quienes manipulan los hilos de la corrupción en los hospitales del país para dejar de llamarle solo ‘mafias’. Bajo ese paraguas de anonimato sienten tanta comodidad como para ordenar el asesinato de tal o cual director. Hay que levantar el velo. Es la única forma de que la salud vuelva a ser un derecho libre y no secuestrado.