Editoriales

Patria y vida

"Cuba resulta un anacronismo en la voluntad democrática del continente"

No es un fenómeno nuevo el que grupos de intelectuales cubanos manifiesten discrepancia con el régimen inaugurado hace ya más de sesenta años por Fidel Castro. Dichos desencuentros han motivado dura crítica, tal cual en el caso de la prisión del poeta Heberto Padilla en 1971. En relación a otros escritores igualmente opuestos a la situación imperante, como Leonardo Padura, se había manifestado relativa tolerancia. Lo mismo ocurrió en el pasado con la travesura musical de miembros de la Nueva Trova que escribieron canciones como Los hijos de Guillermo Tell. Ahora, con más claridad en el reclamo, aparece un grupo musical que se atreve a desafiar el lema Patria o muerte, adoptado como consigna revolucionaria después de haber propuesto Libertad o muerte, durante el inicio de la lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista. Más allá del valor estético de la composición Patria y vida, que lo tiene al decir de los expertos, el mensaje clamando por un cambio y respaldando al grupo opositor Movimiento San Isidro, con quien el gobierno cubano acaba de romper el diálogo acusándolo de recibir financiamiento estadounidense, el hecho cierto es que Cuba resulta un anacronismo en la voluntad democrática del continente y para perdurar, su gobierno debe abrir espacios a la oposición.