Editoriales

Nostalgias de la LOC

"Así, la sociedad no se habría enterado de los sobreprecios en la compra de insumos médicos durante la pandemia y tampoco conocería a los sospechosos de esos negociados"

El fallecimiento del prefecto del Guayas exudó las nostalgias de políticos de diferentes tendencias que anhelan la vigencia del linchamiento mediático, eliminado de la Ley de Comunicación (LOC) y que fue usado por el gobierno anterior para protegerse de cualquier investigación periodística. Paradójicamente, algunos de sus exfuncionarios están presos o vinculados en casos de corrupción. En resumidas cuentas, la figura legal prohibía la difusión de información que sea producida y publicada en los medios para “desprestigiar a una persona natural o jurídica o reducir su credibilidad”. Es decir que, si estuviera en uso, cualquier funcionario podría victimizarse ante la extinta Supercom para evadir la labor de la prensa. Así, la sociedad no se habría enterado de los sobreprecios en la compra de insumos médicos durante la pandemia del coronavirus y tampoco conocería a los sospechosos de esos negociados. Ante la ausencia de fiscalización en la Asamblea, el periodismo sacó a la luz la realidad de instituciones estatales infestadas de ilegalidades. Quienes se desprestigian frente a la opinión pública son los malos servidores que llegan a sus cargos para lucrarse. Y el deber de la prensa no es protegerlos, sino ponerlos en evidencia ante la justicia.