Mejor que renuncien

...pues el no hacerlo siembra dudas sobre la transparencia de la actual administración

El Gobierno sigue en deuda con el país en muchos frentes. El presidente de la República ofreció en campaña y durante su posesión que iniciaría una lucha frontal contra la corrupción, pero la sensación de los ecuatorianos es que nada ha cambiado en los diez meses de su gestión. De acuerdo con el adagio popular, "la mujer del César no solo tiene que ser honesta, sino parecerlo", y esto se aplica al círculo de funcionarios y asesores que rodean al primer mandatario. Hay personajes que fueron duramente cuestionados por sus actuaciones en regímenes pasados y que deberían dimitir de sus funciones, pues el no hacerlo siembra dudas sobre la transparencia de la actual administración. Asimismo, el Ejecutivo tiene asesores que por representar a importantes sectores de la producción o a grupos privados deben renunciar a sus designaciones con el fin de evitar cualquier conflicto de intereses que podría afectar a la credibilidad gubernamental.

Ecuador demanda autoridades probas, que respondan a las necesidades del Estado, de sus instituciones y por consiguiente de la población. En los dos casos expuestos, lo apropiado sería desistir de seguir desempeñando sus funciones por delicadeza con quien los nombró, antes de que este se vea obligado a cesarlos de sus cargos.