Inseguridad que asusta

El país debe cortar la ruta de la violencia y la criminalidad, que está estrangulando a la sociedad. 

Hay que combatir el mal de la inseguridad sin que importe mucho cuándo esta comenzó, pues lo realmente primordial para el pueblo es que se elimine todo aquello que lo está dejando en la indefensión y en el absoluto abandono, y que es responsabilidad de quienes están en el poder pero que no han logrado cumplir con sus obligaciones.

Los acontecimientos de los últimos meses han mostrado que no hay lugar seguro en ninguna parte del país. Las balaceras se registran hasta en los hospitales públicos y en lugares que antes se consideraban intocables. Los delincuentes y extorsionadores tienen la osadía de grabar sus amenazas en videos y difundirlas por las redes sociales, como una forma de mostrar su poder y aumentar el miedo en la población, que desesperada busca formas de autoprotegerse

El agotamiento se ha anclado en la sociedad ante la incapacidad del Gobierno central y los gobiernos locales de brindarle seguridad y acabar con la violencia y la criminalidad reinantes. El país está pagando las consecuencias de la no participación de las Fuerzas Armadas en la protección de los ecuatorianos.

La ciudadanía tiene que exigir seguridad al Gobierno, a la Asamblea y al Poder Judicial, que impávidos ven cómo el país es destrozado por los perversos.