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Ineficiencia por bandera

"Es en el mal manejo de los recursos públicos -impuestos y riqueza propia de un país- donde se desnuda la incoherencia de las ideologías de la revolución y el progreso. Venden un idea que se pierde en la puesta en práctica"

Dicen ser abanderados de la revolución, del progreso, de la igualdad entre ricos y pobres. De la izquierda social. Pero los ejemplos latinoamericanos que acumulan años de experiencia en ese modelo muestran más bien que la bandera es la ineficiencia. Eso y la corrupción son las únicas explicaciones dables a que dos gigantes ricos en recursos acumulen inviernos de decadencia y deterioro económico. Argentina y Venezuela son dos fotografías de la gestión más erosiva de la región.

Su discurso se pierde en las palabras, en los conceptos y dogmas: la lucha de clases, el proletariado, los servicios públicos. No hay ciudadanía que, sin necesidad de convencerse ideológicamente de tendencia alguna, no tenga claro que un gobierno debe devolverle en servicios públicos de calidad y eficientes el esfuerzo y sacrificio que cada contribuyente hace en forma de impuestos.

Es ahí, en el mal manejo de los recursos públicos -nutridos principalmente del Fisco y, para los afortunados, de las riquezas propias del país- donde se desnuda la incoherencia de estas ideologías: vender un ideal que se pierde en la práctica. En una práctica que, cuando no es corrupta, es visiblemente ineficiente.