Editoriales

Los hijos de Poncio

"Ante esta realidad, ningún poder del Estado ha dado una explicación sobre quiénes son los responsables de haber repartido el país a cambio de favores políticos"

El país mira indignado cada escándalo de corrupción que sale a la luz en la función pública, casi a semana seguida. Hospitales saqueados por los testaferros del poder, mientras los trabajadores y jubilados temen por su futuro porque la seguridad social tampoco se ha salvado de los depredadores que la han llevado casi a la ruina.

La justicia tiene su minuto de fama cuando se anuncia la captura de uno que otro alto funcionario o figura política que, sin embargo, recupera su libertad horas después con medidas sustitutivas, dejando un tufo a impunidad en la sociedad que clama por una sanción ejemplarizadora porque no hay recursos para el desarrollo, pero sí para llenar las cuentas de los pícaros de la burocracia. Ante esta realidad, que ya lleva algunas décadas, ningún poder del Estado ha dado una explicación solvente acerca de quiénes son los responsables de haber repartido el país a cambio de favores políticos.

Son una suerte de hijos de Poncio Pilatos, que se lavan las manos ante la historia en lugar de desenmascarar a los cómplices y encubridores de la troncha. Ninguno sabe ni ve nada en este Ecuador secuestrado por las mafias que se han enriquecido con el dolor ciudadano.