Editoriales

Guayaquil no desea un nuevo Tababela

Han pasado años desde su anuncio, pero los ciudadanos siguen sin conocer un plan integral, que abarque la construcción de obras alternas

Las bases del Daular, la nueva terminal aérea que se prevé construir en las afueras de la ciudad de Guayaquil, sigue edificándose sin la debida planificación. Han pasado años desde su anuncio, pero los ciudadanos siguen sin conocer un plan integral, que abarque la construcción de obras alternas como carreteras y distribuidores de tráfico que garanticen un flujo de circulación seguro y eficiente, y con ello su viabilidad y funcionamiento.

Las autoridades locales esperan con ansias difundir en los próximos días o semanas el diseño que tendrá la nueva estructura, pero no se entiende el apuro cuando la obra complementaria ni siquiera se ha acordado o está en agenda. Los guayaquileños no desean tener en su ciudad una copia de Tababela, pues la terminal quiteña se edificó sin prever los problemas de congestión en horarios picos, que generan caos en la movilidad y atrasos a los pasajeros que desean viajar. Un riesgo que puede replicarse acá.

Guayaquil requiere que se le garantice servicios de calidad, que sean mentalizados por autoridades que no se dejen obnubilar por la codicia ni la tentación de beneficiar a amigos y parientes -políticos y no políticos- en el marco de la ejecución de las millonarias obras que requiere la ciudad.