Guardián de secretos

El nerviosismo se expande tanto como Estados Unidos extiende su manto de justicia hacia funcionarios o exfuncionarios ecuatorianos. La detención del excontralor inquieta a los que estrechaban la mano bajo la mesa’.

El custodio de los trapos sucios está ahora bajo custodia de la Justicia de Estados Unidos. La detención del excontralor del correísmo por presunto lavado de activos y otros cinco cargos relacionados al mismo democratiza el nerviosismo y la preocupación entre las élites gubernamentales que tienen esqueletos en el armario.

Todos los que han cantado sus fechorías en el país amigo de Ecuador han provocado la apertura de procesos aquí y han tambaleado estructuras tan impenetrables como la Contraloría. Han reconocido que los funcionarios ecuatorianos son sobornables y sobornados. Es esperable que la cooperación en materia penal, de darse en el caso del excontralor, dé resultados esclarecedores sobre quiénes se llevaron el país en peso, malgastando los recursos públicos, exigiendo o entregando sobornos y aceptando construir obras no por su necesidad o con eficiencia sino por negocios.

La Fiscalía tiene una nueva raya en su expediente de invidencia y de lentitud. No ve nada hasta que le hacen ver desde fuera lo que ha sido noticia ‘criminis’ en declaraciones y revelaciones. No solo estarán nerviosos los cercanos al excontralor, también los que se estrechaban la mano en la intimidad.