El gran monopolio

Aunque la ley impide la formación de monopolios, es el mismo Estado el que fomenta las condiciones para que la alimentación de todas las cárceles del país recaiga en una sola compañía

La ley ecuatoriana prohíbe los monopolios, pero los políticos ecuatorianos no solo los permiten sino que generan las condiciones para que se den. En todos los ámbitos económicos se habla y se fomenta la competencia, salvo cuando se trata del sector público y de alimentar a los reos de las cárceles del país. Para ese aspecto concreto, las condiciones de contratación se han configurado de tal manera, por orden de los superiores gubernamentales, que solo puede participar una empresa.

Por decisión del Estado, solo puede ofrecer comida en las cárceles una empresa que pueda ofrecerla en todas a la vez. Como si el servicio de alimentación fuera algo tan especializado que haya que buscar una sola empresa de alcance nacional y no sirvan las propuestas locales.

Más allá de la inexitente lógica de fijar unos requisitos que disuadan la competencia, y por tanto, el acceso a una oferta más baja, queda un trasfondo de sospecha. Este, además, se afianza cuando se pregunta a los que han tenido en su mano disolver esta situación. Gobierno que ha pasado, gobierno que lo ha mantenido. Nadie sabe el porqué ni los intereses que hay detrás de una operación que va contra las normas de competencia.