Frenemos los accidentes

La conducción vehicular demanda una profunda responsabilidad de quién está frente al volante porque cualquier distracción puede dar paso a un accidente fatal

Las imprudencias extremas y el aumento del irrespeto de los conductores a las leyes de tránsito se han convertido en la constante diaria que dispara las cifras de muertos y heridos por accidentes en las calles y en las carreteras del país, como si conductores, agentes de tránsito y autoridades no tuvieran su cuota de responsabilidad en la pérdida de vidas humanas.

La mayoría de siniestros, según las estadísticas del 2022, ocurren principalmente por distracciones relacionadas con el uso de celulares y el consumo de alcohol, porque existe una falta de conciencia de quienes están al frente del volante. Los hechos deben llevarnos a una profunda reflexión sobre las consecuencias del mal comportamiento en la conducción vial.

La tarea de mermar los accidentes está en las manos de los conductores, que deben ser más cautos; de las autoridades, que deben revisar sus actuaciones y reforzar los controles; y de los agentes de tránsito, que deben cumplir con su responsabilidad en la vigilancia y prevención. El reciente anuncio de bajar al 100 % las multas de infracción, a cambio de capacitación vial, es peligroso porque no existe la suficiente conciencia ciudadana. La solución podría generar un mayor desorden.