La fiesta del crédito

Entrega de préstamos millonarios, deudores impagos y directivos impunes. Con un cambio de nombra de la entidad y una nueva provisión de fondos, que vienen de los impuestos, todo resuelto. Así, en la banca pública

Parece que el dinero de todos no le cuesta nada a nadie. Parece, por no decir que es la filosofía con la que la banca pública ha manejado sus fondos - respaldados con los impuestos de todos los ecuatorianos- a la hora de repartir créditos desde hace años. Desde hace dos gobiernos y durante el transcurso de los mismos, por ser más exactos. Como resultado, hay un agujero de más de 500 millones de dólares.

La entrega de créditos de más de un millón de dólares deja un hueco sin que ni entonces ni ahora haya sonrojo alguno en las autoridades responsables, pese a que todos esos millones ahora incobrables se cubrirán con más impuestos. Lo de siempre en Ecuador. Entrega de créditos sin respaldo, deudores impagos y directivos impunes. Con un cambio de nombre a la entidad y una nueva provisión de fondos, todo saneado.

El problema es lo cíclico que se ha vuelto el fenómeno del que solo se benefician unos pocos. ¿Quién puede obtener un préstamos de más un millón de dólares sin una garantía suficiente para cubrir el saldo impago? No es un privilegio de muchos. Solo de los amigos, algunos que ya son nombres conocidos en otras tramas gigantes de desfalco al Estado.