La falta de sanción pasa factura

El Gobierno y el país son el hazmerreír de la opinión internacional. Cualquiera es capaz de ingresar libremente a un recinto que, después de la Presidencia de la República, debería ser el más protegido de la nación

Que un militar retirado y buscado por captación ilegal de dinero en Quevedo (hoy asesinado) haya cruzado varias veces los filtros de seguridad del complejo de la Defensa Nacional en Quito, evidencia el descontrol que existe en las instituciones llamadas a brindarle protección al país y la debilidad del alto mando y del propio ministro de Defensa. El Gobierno y el país son el hazmerreír de la opinión internacional, pues quedó comprobado que cualquiera es capaz de ingresar libremente a un recinto que, después de la Presidencia de la República, debería ser el más protegido de la nación. El que haya sido vulnerado por un estafador y sus compinches, solo vuelve más vergonzosa la situación e implica que quienes así lo permitieron forman parte de una banda que permanece en funciones, y que probablemente también sea responsable del atentado al radar de Montecristi. El episodio hizo recordar otro caso de estafa por captación de dinero: el del notario de Machala, en el que estuvieron implicados cabos, coroneles, esposas de generales y hasta la esposa de un exministro de Defensa, sin que nadie haya sido sancionado; a la vez que pone de manifiesto que la corrupción está instalada en la institución. 

El actual ministro de Defensa debe ir hasta las últimas consecuencias para depurar a las Fuerzas Armadas.