Un esquema Ponzi: la versión local

Es fácil suponer que el esquema se sustenta en dineros del narcotráfico y otras actividades delictivas pues existe una liquidez subterránea que busca lavar tales “activos” inclusive’ utilizando tácticas de sedición y violencia’.

Carlo Ponzi fue un estafador italiano de inicios del siglo XX que hizo sus agostos en Nueva York presentándose como un sofisticado inversor que garantizaba rentabilidad del 100 % en 90 días. El esquema, urdido como ganancias originadas en negocios legítimos, era una patraña que encadenaba las transacciones entre los sucesivos clientes, pagando a los primeros con los dineros de los segundos. La piramidación de capitales nacida de la imaginación de Ponzi es universal y recurrente; siempre habrá crédulos que, fuere por falta de cultura financiera, ambición, avaricia, o razonamiento de rebaño, entregarán sus ahorros contra las falsas e imposibles promesas de riquezas fabulosas.

Ahora el engaño aterriza aquí, aumentado al 90 % en menos de una semana, con desfiles, pancartas, víveres y poses de redención social. Es fácil suponer que el esquema se sustenta en dineros del narcotráfico y otras actividades delictivas pues existe una liquidez subterránea que busca lavar tales “activos”, inclusive utilizando tácticas de sedición y violencia. Debe ser cortado de raíz no solo por las consecuencias financieras y el robo abierto que persigue, sino por la descomposición social que conlleva.