Escarbar lo profundo

No es verdadera Justicia si solo se pone la mira en donde alumbra el foco.

La lucha contra la corrupción es un gran eslogan. Para el Gobierno, para los candidatos electorales, para las autoridades de control... Pero convertir ese postulado en realidad y garantizar que el despilfarro que los ecuatorianos entregan al Estado no caiga en impunidad es aún una aspiración, hasta que sean depurados de sus cargos y sentenciados todos los implicados. Desde los más altos cargos hasta los bienmandados ejecutores de las fechorías.

Por eso no basta con quedarse en la superficie. Con anunciar y publicar grandes operativos e investigaciones que, al final del camino, dejan fuera a algunos de los responsables. Por eso, no es de recibo tampoco que los mayores escándalos con repercusión judicial hayan provenido de revelaciones periodísticas. Por eso, no es posible que haya informes de Contraloría o denuncias de particulares o quejas de funcionarios honestos contrariados con el robo de su entorno laboral que caen en el olvido.

No es verdadera Justicia si solo se pone la mira en donde alumbra el foco. La lucha contra la corrupción es un imposible si no se va hasta la raíz, si no es escarba en lo profundo de los casos, si las tramas de irregularidades se postergan durante meses o años, como las de los hospitales.