Compras, carestía y escándalo

El sistema de compras debe sustentarse en una exhaustiva base de datos de farmacología recomendada y disponible; orígenes, composición, registro y procedencia de medicamentos; contar con un plan de adquisiciones

¿Qué se puede esperar de una institución, el IESS, que predica un sistema de solidaridad y no tiene los medicamentos en las variedades y cantidades requeridas para atender a los afiliados? Hay taras heredadas del inmediato pasado pero cualquier explicación se agota desde el momento en que una nueva administración asume la responsabilidad con la autoridad para tomar decisiones.

El sistema de compras debe estar aislado de toda práctica corrupta y sustentarse en una exhaustiva base de datos de la farmacología recomendada y disponible; de los orígenes, composición, registro y procedencia de los medicamentos. Debe contar con un plan de adquisiciones de cantidades y secuencias de acuerdo a las mejores prácticas médicas y comerciales. Las compras deben hacerse a través de los representantes y distribuidores autorizados; los procedimientos ser claros y diáfanos. No hay que aprobar nueva legislación cuando los reglamentos, acuerdos ministeriales y resoluciones de directorio son suficientes.

Las trabas burocráticas deben terminar pues toda explicación resulta vaga. A los afectados les causa indignación, y, a todos, les incide en su bienestar por la enorme incidencia sobre la morbilidad y la mortalidad.