Cambios indispensables

Mientras no haya más fuentes de trabajo y la gente sienta que puede invertir sin miedo a vacunas o a estragos de desastres, jamás vamos a prosperar

Son muchos los frentes que el país tiene abiertos. Sin embargo, más allá de la denuncia de cada nuevo incidente de violencia o de criminalidad, no se perciben avances en la implementación de medidas que ataquen con eficacia la raíz de los problemas. La inseguridad copa los titulares, pero uno de los factores que da origen a la delincuencia y violencia desbordadas es la falta de empleo. Y también de oportunidades en educación. Los jóvenes son reclutadas por el crimen organizado por no tener trabajo ni acceso a instrucción académica que les garantice un futuro. Hacen del robo, la extorsión, el microtráfico y el sicariato su medio de subsistencia. Asimismo, nuestras ciudades crecen desordenadamente y sin un norte que les dé ventajas competitivas y que atraiga capitales externos. No existe planificación urbanística ni estratégica que genere crecimiento sostenible ni condiciones favorables para que proyectos locales y del exterior se afinquen en Ecuador.

Mientras no haya más fuentes de trabajo y la gente sienta que puede invertir sin miedo a vacunas o a estragos producto de inundaciones y otros desastres naturales, jamás vamos a prosperar. Tampoco se podrán sustentar en el tiempo los precios internacionales en que se comercializan los bienes raíces en el país, cuando los servicios básicos y la infraestructura existente corresponden a los de pueblos subdesarrollados.