Los asambleístas y sus quehaceres
De alza manos aborregados, han pasado a ser obstruccionistas profesionales y además, impúdicos en el ejercicio de su otrora honrosa designación
Bien se sabe: la Constitución ecuatoriana es una de las mejores obras de realismo mágico producidas en nuestro quehacer literario. Por ejemplo, en su artículo 127 se dice: "Las asambleístas y los asambleístas ejercerán una función pública al servicio del país, actuarán con sentido nacional, serán responsables políticamente ante la sociedad de sus acciones u omisiones en el cumplimiento de sus deberes y atribuciones, y estarán obligados a rendir cuentas a sus mandantes". ¡Qué lejos están de estos preceptos las acciones de los legisladores! De alza manos aborregados han pasado a ser obstruccionistas profesionales y además, impúdicos en el ejercicio de su otrora honrosa designación. Que roben con habilidad se les ha recomendado. Hacen lo que tienen expresamente prohibido: gestionar nombramientos de cargos públicos por ejemplo y, también ahora, hospitales, con fines de lucro personal y no en beneficio de los habitantes de la provincia que representan. Por suerte se cuenta con unos pocos de comportamiento decente y con la preparación adecuada para intentar ejercer como "Padres de la Patria" pero, diez golondrinas no hacen un verano. Peor todavía cuando muchos han llegado a la Asamblea a partir de financiamientos oscuros y para garantizar impunidad.
Sin duda, hay mucho por cambiar.