La democracia entre dos fuegos

Es crítico el actual momento histórico para las instituciones, regímenes, estados y sociedades democráticas
La democracia como sistema jurídico-político institucional y conquista contra monarquías y totalitarismos tiene una historia de asedios, asaltos y distorsiones. Los tuvo ayer: Calígula, Nerón, los despotismos ilustrados, el terror de Robespierre, Stalin, Hitler, Somoza, Trujillo, Pinochet, etc. Hoy toda América tiene nuevos destructores de varios colores: izquierda, derecha, centristas, etc. Está ante fuegos de fuerzas que buscan destruir sus instituciones. Todos actúan en la misma línea, en la sombra o de frente, están jefes y caudillos políticos. Es crítico el actual momento histórico para las instituciones, regímenes, estados y sociedades democráticas. Vivimos una hora decisiva: defendemos la democracia o contemplamos su destrucción. La ciudadanía debe reflexionar y tomar posición definida ante las embestidas antidemocráticas, de izquierda y derecha. Es una agresión de terror que viene de todos lados. Ayer fueron las hordas terroristas y criminales de Sendero Luminoso que hoy justifica el dirigente indígena Iza, como lo hizo en sus ataques de octubre de 2019 y junio de 2022. Los últimos hechos son la dictadura democrática de Ortega y el sandinismo. Este es un ataque contra la democracia desde la izquierda. Igual que el fanatismo chavista, que destruyó la democracia venezolana. También desde la derecha hay huellas, signos, evidencias y grandes destrozos. Son conocidos dos últimos eventos políticos: el asalto de las hordas agresivas republicanas de EE. UU. (6/1/2021) y lo que indujo la soberbia y prepotencia de un caudillo exmilitar de derecha (Bolsonaro). En Brasilia más 4.000 personas de hordas terroristas se tomaron y realizaron destrozos en el palacio presidencial, el Parlamento y la Corte Suprema de Justicia (8/1/2023). Nadie cree hoy en las frases de inocencia de Trump y Bolsonaro. Todos saben que son los titiriteros de esos hechos. También están en el obrar de Castillo (Perú), sus detractores y partidarios. Nadie acepta palabras del fanático del mariateguismo, el agrónomo Iza, que lo promueve en el país.
Es un punto de inflexión que interpela a todos: o estamos por la defensa de la democracia o somos parte pasiva y activa de fanáticos y dogmáticos terroristas que quieren destruirla. No hay medias tintas.