Columnas

Las batallas de Guayaquil y del país

"Grandes y esforzadas serán las batallas y tareas locales, regionales y nacionales que tendremos que enfrentar por el derecho al futuro posible, unidos y entregados a la reconstrucción del país que merecemos"

Hoy es un aniversario más de la victoria del Pichincha por su independencia y de la eficacia de la consigna revolucionaria octubrina de “Guayaquil por la patria”. Ahí culminaba lo que comenzó con la organización de la “Unidad protectora de Quito” en el octubre insurgente y libertario de 1820. La comprensión objetiva del proceso independentista requiere que unamos críticamente agosto, octubre y mayo revolucionarios para saber cuántas vidas, acciones y esfuerzos locales, regionales y nacionales costó la independencia. Así, hoy igual que ese pasado heróico, patriótico y unitario el Ecuador quebrado y afectado por la corrupción y el coronavirus debe unirse. Organizarse y librar la gran batalla de reconstruir el país. Pues epidemia, quiebra y corrupción de la mafia correísta, incapacidad política, liderazgos inauténticos, políticos deshonestos, pseudospartidos, pésimos representantes e ineptos y tramposos asambleístas, deben ser superados. 

Guayaquil y Ecuador unidos tendrán que dejar atrás y sepultar ruindades humanas y voracidad sin límite de empresarios, sindicalistas inconsecuentes y pseudolíderes “populares” que fueron capaces de destruir al país en octubre pasado. Pero callan miserablemente en tiempos del coronavirus, que sigue destruyendo lo que ellos comenzaron. Gracias a Dios y a la recuperación de la justicia, el jefe de los mafiosos y los corruptos del correato ya han sido sentenciados.

Superar la década de destrucción del pandillero de Bélgica, años de continua dubitación morenista y reciclaje de los cuadros políticos-amigotes del correato, así como la voracidad empresarial, deshonestidad sindicalista y crisis de representación política, no le será a fácil a Guayaquil y al país. Su berraca alcaldesa, un joven gobernador y un bien parado guayaco vicepresidente, gran esfuerzo hacen para que el “Guayaquil por la patria” y el Ecuador entero luchemos por un futuro mejor, sin desmayo ni tregua. 

Grandes y esforzadas serán las batallas y tareas locales, regionales y nacionales que tendremos que enfrentar por el derecho al futuro posible, unidos y entregados a la reconstrucción del país que merecemos porque lo forjamos todos: guayacos, costeños, serranos, etc., lo conseguiremos, pues “si se puede y se podrá”.