Smith y Marx torcidos
Sí, sus principios, fundamentos y textos, de uno y otro, han sido torcidos por dogmáticos de ayer y hoy. Smith (1723-1790), padre de la economía y explicación del capitalismo. Y Marx (1818-1883) intelectual, escritor socialista y anticapitalista, autor de El Capital (1867), le robó la teoría del valor-trabajo al inglés. Ellos han sido asaltados por una pandilla de fanáticos y creyentes. Cuando se lee y revisa bien La causa de la riqueza de las naciones (1776) de Smith, no encontramos una idea que nos lleve a pensar el dogma que pone en boca de él un odio tonto al Estado y una adoración religiosa al capital.
Igual pasa con la obra de Marx, incluso con los borradores de este llamados los Grundrisse. Sus obras no contienen idea alguna que lleve a los lectores a interpretarlos como un estatista contumaz y fanático, ni a su amigo, mecenas y buen burgués Federico Engels (1820-1895). Por eso es preciso concluir que estos pensadores, escritores e ideólogos del socialismo, moderno y actual, han sido asaltados y distorsionados por unos seguidores. Sus ideas y pensamientos no dan lugar a dudas. Adam Smith, como filósofo, intelectual, escritor y economista no aborreció ni odió al Estado, ni promovió credo alguno para suponer que era un papa de la fe ciega en el mercado, poniéndolo por encima de la sociedad.
Por eso preguntemos: ¿qué llevó a la distorsión de las ideas y conceptos que están en el ‘corpus’ teórico, económico, filosófico y político de ellos? La tarea: rastrear, en la historia del pensamiento quiénes fueron esos asaltantes y falseadores de sus conceptos ,y la racionalidad teórica, científica y filosófica que hoy crea mentiras.
Los dogmáticos que asaltaron a Marx fueron y son los predicadores del totalitarismo implementado desde el Estado: Lenin, Stalin, Mao, Jrushchov, Fidel, El Che y los tontuelos que adoran a Chávez, Maduro, etc. El primer robo teórico sobre Smith comenzó con las dogmáticas interpretaciones de Friedrich Hayek, Ludwig von Mises, Friedman, etc. Aún tuercen sus ideas los izquierdófalos de Latinoamérica y Ecuador. Es una real y miserable historia de tergiversación y falsificación constante. Pues los fanáticos no leen, no razonan, solo creen ciegamente a los ayatolas de hoy.
