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Willington Paredes: Mito y rito de los derechos humanos

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Esto es básico y necesario debatirlo hoy

Los DD. HH. son un proceso-producto histórico social de las colectividades humanas que protegen la vida de todos. El “derecho a tener derechos” (Hannah Arendt) es base de los derechos humanos. Quien exige sus derechos humanos tiene el deber de reconocer y respetar los derechos de otros. Algunos defensores prefieren luchar por los derechos de los delincuentes y no de las víctimas. Hannah Arendt, en 1951 y 1963, dijo que el ciudadano que tiene “derecho a tener derechos” debe reconocer los de otros; que no es abstracto sino concreto social e históricamente. Esto lo niegan los delincuentes.

En 2019 y 2022 hubo el terror de Iza y sus aliados que violaron los derechos de otros. Pero 99 asambleístas amnistiaron a los victimarios. Hoy, aliados de los delincuentes, criminales y narcotraficantes que siembran terror en las ciudades protestan por su apresamiento y porque la Policía y el Ejército les hacen cantar el himno nacional. Esta versión prodelincuencia reduce a polvo los DD. HH. de hombres, mujeres, niños y ancianos, así como de policías y soldados asesinados.

Hoy existe pánico, terror social con asesinatos continuos que los defensores de los delincuentes no asumen, pues ese terrorismo violenta los derechos de maestros, estudiantes, padres de familia, fiscales y jueces asesinados o que reciben mensajes de muerte. Los DD. HH. siempre implican el deber y compromiso con la sociedad, el Estado y la democracia.

Ante un debate ausente en la política y en la sociedad es necesario preguntarnos: ¿son ciudadanos iguales en deberes y derechos delincuentes y personas víctimas que están bajo los efectos del temor y terror que imponen las mafias en las calles y varios lugares del país? Esto no pretende negar los derechos de aquellos pero no se puede medir con el mismo rasero. Y la otra pregunta final es: ¿por qué los organismos de derechos humanos reivindican los derechos de los delincuentes, de los terroristas y no de los aterrorizados y víctimas, como ancianos, niños y mujeres en las diferentes ciudades del país?

La verdad de esto es que “el hombre que no pertenece a una comunidad política no se encuentra en posesión de derechos, y por lo tanto, no tiene acceso al «derecho a tener derechos»” (Belén Polo Maya). Esto es básico y necesario debatirlo hoy.