Columnas

Me llaman rara

Soy poco común, a veces distinta, incluso complicada. Y sé que no es normal tener cánones que resultan incomprensibles, como por ejemplo ser optimista, confiar, esperar lo mejor. 

Tania Tinoco, infografía de su columna
Viendo lo que ocurre en Cuba me siento bendecida de estar aquí, donde los 'paros' duran poco y las huelgas son la excepción.Ilustración Teddy Cabrera

Gente que yo amo me ha dicho que soy "rara" más de una vez. Lejos de molestarme, lo acepto. Soy poco común, a veces distinta, diferente, incluso complicada. Y sé que no es normal tener cánones que resultan incomprensibles, como por ejemplo ser optimista, confiar, esperar lo mejor. Hallar a este país maravilloso, cuando montones de ecuatorianos viven creyendo y diciendo que es un desastre.

No es así. Basta con mirar alrededor para aquilitar nuestra democracia, aun cuando sea imperfecta, y nos falte mucho como nación para alcanzar el desarrollo. Viendo lo que ocurre en Cuba me siento bendecida de estar aquí, donde los 'paros' duran poco y las huelgas son la excepción. La policía no persigue puerta a puerta a quienes participaron en una manifestación, ni hay militares extranjeros defendiendo una tiranía. Sigo hablando de Cuba. Familiares de amigos que viven en la isla, confirman que las listas de presos y desaparecidos son inmensas en estos días. Que las autoridades no dan cifras de detenidos, ni dicen el destino de los encarcelados en esta nueva ola de protestas contra el régimen de Miguel Díaz Canel, que llamò al pueblo a enfrentarse entre sí.

No muy lejos de Cuba, Haití se evidencia como un Estado fallido, tras el asesinato del presidente Jovenel Moise con 12 tiros, en su propia residencia. En las investigaciones que se adelantan, me horroriza saber que el Mandatario fue torturado antes de morir: El comando criminal que le dio muerte, le sacó un ojo e hizo sangrar su pecho. Su hija pudo escapar del dormitorio y su pequeño fue hallado vendado y amarrado con una empleada, en uno de los cuartos de servicio. La primera dama, malherida y ahora protegida con sus hijos en Estados Unidos, difícilmente se recuperará de este episodio de horror, en el cual se investigan los viajes a Ecuador de uno de los principales involucrados en el magnicidio.

Colombia tiene su propio dolor y vergüenza. Es el pais de origen de una veintena de militares retirados y detenidos con relación al asesinato del Presidente Moise, aun cuando va fortaleciéndose la hipótesis de que ellos fueron utilizados como carne de cañon para distraer la captura de los verdaderos asesinos.

Todo esto mientras en Perú, a escasos 10 días del inicio oficial de un nuevo gobierno, no se logra declarar al Presidente electo. Aunque el profesor socialista Pedro Castillo ha ganado las elecciones, las fuerzas políticas de Keiko Fujimori no se dan por vencidas planteando una serie de recursos legales que impiden todavía la proclamación de los resultados electorales.

No tengo que escribir sobre Venezuela. Baste con saber que acaban de detener a un diputado, mientras buscaban arrestar a Juan Guaidó, en momentos en que Cuba, según fuentes del exilio cubano, recibía grupos de militares venezolanos para colaborar con las tareas de detención masiva a los cubanos que osaron salir a las calles dias atrás… Mis amigos dicen que sus familiares en la isla tienen miedo y hambre. Que esconden como joyas las pastillas de paracetamol porque los vecinos los pueden denunciar por no entregarlas a la revolución... Suena tan raro que persista todo esto. Y aún más raro que en Ecuador siga existiendo ceguera para dimensionar la tiranía en la isla.

Junto a fotos del malecón de la vieja Habana, en redes sociales, leo una frase que me saca de esta penosa realidad y me devuelve al mundo mío donde me achacan de –rara-. Dice así, y me disculpo por no saber su autor, "las personas hermosas son raras, no se distinguen por la cara, sino por el alma". Gracias a quienes me llaman 'rara'.