Las OG prepago

¿Cuánta influencia tienen en nuestra política decisiones impulsadas por interés propio?
Una hetaira era una mesalina en la antigua Atenas y una participante común en simposios o fiestas de bebida en casas privadas. Además de sus habilidades más obvias, las ‘hetairai’ eran hábiles para entretener a los hombres con su música, baile, cultura e ingenio. Conocían bien la poesía y podían tener conversaciones sobre temas filosóficos y políticos.
Ya en la antigüedad existía la opinión de que las ‘hetairai’ más notables tenían una influencia considerable en las decisiones de figuras políticas prominentes y, en consecuencia, en el curso de los acontecimientos en la ‘polis’ (Plutarco, Pericles 24).
Muchas ‘hetairai’ probablemente eran mujeres de clase alta que se habían convertido en esclavas después de la conquista de su ciudad-estado en Grecia o de otros estados fuera de Grecia. Por lo general, viviendo elegantemente solas, o a veces dos o tres juntas, las ‘hetairai’ disfrutaban de una envidiable y respetada posición de riqueza y estaban protegidas por el Estado. Aunque generalmente eran extranjeras o esclavas, su libertad era mayor que la de la mujer casada, que estaba obligada a la reclusión de su hogar.
Una ‘hetaira’ muy famosa fue Aspasia de Mileto. Una mujer inteligente, hermosa, educada, que se convirtió en la amante de Pericles, quien se divorció de su esposa por ella. Cuando Pericles salía por asuntos de Estado, ella se quedaba con él la mayor parte del tiempo. Plutarco escribe: “La amaba tanto que cada vez que salía de la casa o regresaba, la besaba”. La pareja fue imitada por los atenienses y cómicos de la época. Fue acusada de muchas cosas, incluso de ser la responsable del inicio de la Guerra del Peloponeso.
La de hetaira es una profesión todavía practicada, y existen especulaciones de que muchos políticos ecuatorianos gozan de su compañía, pero eso me hace preguntarme: ¿cuánta influencia tienen en nuestra política decisiones impulsadas por interés propio? O podría también ser por la posibilidad de complacer un capricho.