¿Votar por Nebot?

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¿Hasta cuándo creen que las elecciones son cuestión de fe, de nombres o de creer promesas? ¿Hay que decidirse ya?

¿Y por Guillermo Lasso? ¿Y por María Paula Romo? ¿Y por Otto Sonnenholzner? ¿Y por Marcela Aguiñaga? ¿Votar por una mujer sin importar el color? ¿Votar por el nombre y no por las ideas? ¿Elegir un partido como un equipo de fútbol? ¿Elegir al que dice que sabe cómo resolver los problemas del país? ¿Quién va a crear empleo? ¿Todos? ¿Cómo? ¿Cómo se crea empleo si necesitan destruir los puestos formales que pagan impuestos de la burocracia? ¿Y si reducen la burocracia y cae la recaudación y el consumo, con qué dinero va a invertir el Estado en incentivos a las actividades productivas que crean plazas de trabajo? ¿Pero cómo no van a reducir gasto burocrático si el Estado no tiene dinero ni para sostener la Educación o la Salud? ¿Cuál de los aspirantes a presidente promete recuperar la inversión en Salud y Educación? ¿Quién ofrece, de hecho, Salud y Educación que garanticen un futuro próspero para un país con gran potencial que sigue varado en la pobreza, la inseguridad, la precariedad laboral, los productos caros, bajo consumo, contaminación, corrupción, apatía ciudadana...? ¿Todos? ¿Todos tienen la receta? ¿Cuál es? ¿Por qué todos, sin importar nombre, experiencia, trayectoria, ideología o aliados, prometen solucionarlo todo pero no dicen cómo? ¿Por qué aseguran tener las soluciones una vez cada cuatro años? ¿Por qué el que llega arriba no hace de este país ese territorio que todos ansían? ¿Por qué los que no llegan arriba desaparecen hasta seis meses antes de las siguientes elecciones? ¿No merecen los ecuatorianos unos políticos profesionales? ¿Cuáles son los puntos de cada programa electoral? ¿Quién va a erradicar la lacra de la violencia machista? ¿Todos? ¿Cómo, si no hay recursos? ¿Quién va a construir todas las obras que hacen falta? ¿Cómo? ¿De dónde van a recortar para hacer obras? ¿Quién va a aliviar la carga impositiva de ciudadanos y empresas? ¿Todos? ¿Y con qué van a financiar sus programas de Gobierno? ¿Aparecerá mágicamente la inversión extranjera? ¿Quién va a controlar a los delincuentes? ¿Quién conseguirá que se pueda salir de casa sin miedo? ¿Cómo? ¿Pondrán más policías en la calle? ¿Con qué dinero? ¿Hasta cuándo creen que las elecciones son cuestión de fe, de nombres o de creer promesas? ¿Hay que decidirse ya?