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¿Quién repartió los hospitales?

Avatar del Rubén Montoya

"Y cuando por fin nos la contesten, quizás veamos que la práctica de repartirlos no es nueva, ni es rubia o morena. Es multicolor, multiétnica, multiasambleísta"

“Panem et circenses”. Julio César, el dictador romano puso en práctica como nadie la queja del poeta Juvenal, que plasmó el desprecio que le producía que los romanos cambiaran su voto por migajas. “Dejas hacer y solo deseas dos cosas: pan y juegos de circo”. Desde entonces los políticos de toda laya, uniformes en su pequeña estatura moral, usan la fórmula para distraer a los pendejos. Nos dan alguito de pan… y mucho-mucho de circo.

Eso pasa con el atraco en los hospitales, que la pandemia mostró en su cruel magnitud: compras innecesarias; proveedores únicos que llevan años adueñados del suministro; o sobreprecios estratosféricos como lo corroboró el contralor general, ese que trabaja como casi todas las autoridades del país: contra pedido.

Y tal cual la plebe romana exigía rodar cabezas en la arena, nos han dado algunas, que las hemos matado ya mil veces, para saciar nuestra sed de venganza, pero no de respuestas: una de ellas es la novia del muchachito audaz al que algunos padrinos de este país le dieron licencia para asaltar.

Y allí estamos, ensañados con la que vive “en otra realidad”. Como si ella fuera distinta de las decenas de Jocelyn que deseamos y endiosamos, seguimos y emulamos, y luego las elegimos para concejal. O asambleísta.

Como si los que vivieran en otra realidad no fuéramos nosotros, aborregados hasta la saciedad y en el fondo inertes, sin que hayamos podido gritar desde hace meses la única pregunta que ni las más altas autoridades del Gobierno, ni menos, mucho menos, las de fiscalización y control, se han dignado contestar: “¿Quién carajos repartió los hospitales?”. Y por extensión las compras públicas, y las empresas estatales, y los albergues, servicios, dispensarios…

Y cuando por fin nos la contesten, maquillada, quizás veamos que la práctica no es nueva ni es rubia, ni siquiera morena. Es multicolor, multipartidista, multiétnica, multiasambleísta. Vieja como el pan, entretenida como el circo. Y que quien nos ha visto la cara de pendejos no son ellos, que siempre han sido así y siempre así serán mientras se los permitamos. Que quien nos la ha visto somos nosotros mismos.