Premium

Mentir no es informar

Avatar del Rubén Montoya

"Desde que se desató la pandemia, el Gobierno vive de los anuncios que no cumple. Y nadie le hace seguimiento"

La batalla parece perdida: cada vez que un burócrata hace un anuncio, la prensa -en general- lo replica como si hubiera hablado Jesucristo y quienes lo escuchan fuesen sus creyentes. Los qué, cómo, cuándo, quién, dónde que configuran el ejercicio del periodismo parecen archivados en el reguero de cámaras, teléfonos y micrófonos que registran la nueva versión del Sermón de la Montaña y lo reproducen tal cual. ¿Y los periodistas? Muy bien, gracias.

Los políticos ecuatorianos, atentos a todo lo que les permita evadirse de dar detalles y rendir cuentas, agradecen la ayuda y hacen anuncios rimbombantes, que esconden y retacean la verdad o la sustituyen por su reverso. El caso de la pandemia es un ejemplo claro: desde que se desató, el Gobierno vive de los ofrecimientos que no cumple. Y nadie le hace seguimiento.

Que estamos preparados para hacerle frente, dijo en marzo. Mentira. Que vendrán 2 millones de pruebas rápidas para frenar la escalada. Mentira. “Que todos los pacientes”, así lo dijo el ministro de Salud, son atendidos en los centros de salud. Mentira. Y esta fue monumental.

Ahora llegó el turno de las vacunas. Sin pudor, el presidente Lenín Moreno dijo antier que podrán aplicarse aquí desde enero de 2021. Lo dijo sin entregar ningún dato verificable, como si estuviese anunciando quiénes son las candidatas a Princesita de Navidad en Carondelet. “Entiendo que ya estaremos en posibilidad de…”.

No explicó, y nadie le preguntó por supuesto, cuántas vacunas hemos comprado o reservado, y en dónde, cuánto costaron, de qué laboratorio son, qué seguridades entregan y bajo qué protocolos de análisis y revisión se las aplicarán, cuándo llegará el primer lote, a quiénes se privilegiará, cuál será el proceso de distribución y control…

Será otra mentira. Tomemos nota. Porque Ecuador lo único que ha hecho es gestiones de tanteo. De lo efectivo, nada de nada. Princesita de Navidad habrá, seguro. Pero vacunas, tanto como la información: CERO. “Miente, que de la mentira algo queda”, dicen que dijo Voltaire. A este Gobierno le gusta la frase y la aplica con pasión. Y una notable y periodística ayuda.