Nuestros mejores guerreros

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'En esta guerra la primera línea de defensa la ocupan hombres y mujeres que están honrando su vocación más allá de cualquier límite’.

Espartanos, comanches, samuráis, vikingos, mapuches... A lo largo de la historia, los guerreros han construido la fortaleza de los núcleos sociales. Para algunos de ellos, la guerra era mucho más que un modo de conquista: era el gesto supremo de supervivencia.

Si bien una guerra es un negocio y una porquería, la actitud guerrera, como respuesta al ataque de un colosal enemigo, es cosa de héroes.

Lo que vivimos hoy es una guerra y para ganarla tenemos en primera línea una legión que está demostrando ser la mejor parte de nosotros. En esta lucha la primera línea de defensa no la llenan nuestros dirigentes políticos ni tampoco nosotros, que estamos en casa cumpliendo nuestra mínima tarea: la ocupan los médicos, enfermeros y auxiliares de salud… Hombres y mujeres que están honrando su vocación más allá de cualquier límite.

Lo hacen sin todas las armas necesarias y asumiendo todos los riesgos. ¿Estamos conscientes de su enorme valía? “Necesitamos de todos”, me dice José Navarrete, nefrólogo de la Universidad de Emory, en Atlanta. “Todo ayuda. Nosotros vamos, revisamos y decimos qué debe hacerse. Pero quienes lo hacen son las enfermeras y auxiliares. Ellos son los héroes”.

Héroes todos, concluyo: médicos, enfermeras y auxiliares, no importa si están en Madrid, Atlanta, Cuenca o Guayaquil. Por eso, aquí debemos aunar fuerzas para que el Gobierno les dé todos los recursos y seguridades que necesitan. Y como eso no alcanza, es nuestro deber ciudadano aliviar la gigantesca carga laboral y emocional que ahora tienen. ¿Cómo hacerlo? Apoyando y copiando iniciativas como las que lidera Karla Morales, esa mujer maravillosa a la que debemos imitarle el coraje y la bondad.

Que los colegios de psicólogos, por ejemplo, abran una línea de apoyo para atender las crisis de nuestros combatientes médicos. Que los gremios de la producción lideren una cuenta en la que contribuyamos todos, y vaya lo recaudado en favor de nuestros héroes.

En esta guerra brutal hay una batalla que es prioritaria: proteger nuestra más valiosa línea de defensa. Porque sin nuestros mejores combatientes, esta guerra no se ganará.