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China es el enemigo

Avatar del Rubén Montoya

China es la mayor economía mundial y su interés no solo es discutirle el poder a EE. UU. sino dominar al planeta...’.

Ucrania no está tan lejos. El conflicto geopolítico que enfrenta a EE. UU. contra Rusia y su aspiración de extender su influencia en el Este, es mucho más cercano de lo que pensamos. Allí no solo se juega la libre determinación ucraniana, sino dos modos de ver el progreso y la civilidad.

Rusia -a través de su nuevo-viejo zar Vladimir Putin- quiere impedir que Ucrania forme parte de la OTAN, la alianza de Europa y EE. UU. que garantiza su seguridad. Si se uniera, el poder ruso regional se resquebrajaría. Hasta allí la refriega tiene un tono. Pero el reciente apoyo de China a Putin vuelve planetario al conflicto. Y nos afecta porque China es, para Occidente, el gran enemigo.

¿Por qué?

Porque es la antítesis de la democracia, y los ingresos que perciben los chinos son proporcionales a la pérdida de sus libertades: opinión, asociación, tránsito, culto, pensamiento… China no es una jaula de oro: es una dictadura.

Su excepcional economía le ha permitido tender puentes con más de 60 países del “tercer mundo”, financiando megaproyectos de infraestructura y sellando alianzas de largo aliento. En Latinoamérica, por ejemplo, invierte más que el Banco Interamericano de Desarrollo. Nuestros países, pobres y de paso corruptos -Ecuador incluido- le abren sus puertas porque para Occidente el dinero es Dios. Y ya sabe: donde manda capitán…

Pacientes, excepcionalmente trabajadores y muy metódicos, los orientales diseñan planes de desarrollo cada lustro y se fijan metas ambiciosas y logrables. Su salto es asombroso a partir de encontrar la fórmula que mixtura principios del capitalismo y del totalitarismo: apertura y expansión, por un lado, y control absoluto por el otro. China es la mayor economía mundial y su interés no solo es discutirle el poder a EE. UU. sino dominar al planeta.

“Hay que esconder la fuerza y aguardar el momento”, decía Deng Xiaoping, el genio del aperturismo chino. Y el momento ha llegado. Apoyar a Rusia es decirle eso a Occidente…

En Ucrania puede haber más que una escaramuza: es una puesta en escena de los dos gallos peleándose por el control del mundo. Y hay uno que es mucho peor que el otro.