Premium

Rubén Montoya Vega | La nueva colonización

Avatar del Rubén Montoya

A diferencia de las anteriores colonias, marcadas a fuego y saqueos, esta se levantó sin disparar un tiro

El lunes pasado, una noticia que debió conmocionar al mundo pasó desapercibida. La que se volvió viral aquí y en España, en Filipinas y en Canadá fue la saga sobre una traición doble, grabada en un concierto de Cold Play. De esa corrieron ríos de saliva porque la importancia de la noticia hoy la marcan, en primer lugar, los algoritmos de las corporaciones. Y su ideología de la distracción.

La noticia olvidada es esta: “Las grandes tecnológicas se lanzan al negocio de la guerra”. Para entender lo que se viene, vale recordar lo que nos advirtió Natalia Zuazo, experta en política digital, hace 8 años: “cada segundo la mitad del planeta está conectada a dispositivos que controlan sólo 5 grandes compañías…”. Nunca hemos querido aceptar que Google, Meta, Apple, Amazon y Microsoft -hoy reforzadas con OpenAI- delinean, adoban, alimentan, martillan o modifican nuestros gustos y pensares, y menos que junto a otras de igual calado (o calaña) nos vigilan. Con nuestro total acuerdo…

Somos usted y yo, el planeta entero, los nuevos colonizados. Pero a diferencia de las anteriores colonias, marcadas a fuego y saqueos, esta se levantó sin disparar un tiro. Pues ahora, las matriarcas han decidido entrar, ya sin tapujos, en el negocio más lucrativo de la historia: la guerra. Aupadas por los aires imperialistas del presidente Donald Trump, dejan atrás los remilgos de no querer ser asociadas con los militares, y celebran contratos billonarios lavándose la cara. Si OpenAI cambia su política y ahora sí puede aplicar su tecnología en “tareas militares”, Google tacha de su Código de Ética la restricción a desarrollar armas o herramientas de vigilancia masiva. Y Meta ya puede presumir de que su jefe de Tecnología es un nuevo teniente coronel del ejército de los EE. UU. Money is money.

¿Se imagina el nuevo rumbo de la colonización cuando nuestras vigilantes sean también las dueñas del meganegocio de las armas? Por ahora solo le diré esto: la próxima vez que se deslice por Instagram, boludee en TikTok o consulte algo en ese Rincón del Vago VIP que es ChatGPT, usted estará entrenando algoritmos con fines militares. O sea, de guerra.