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El poder de los símbolos

Avatar del Rubén Montoya

"Que antes hubo muuuuucho dinero, y en buena parte fue despilfarrado o robado, poco le importa a ese ciudadano devastado emocional y económicamente..."

La versión de la izquierda latinoamericana que encarna el socialismo del siglo XXI toma aire en América Latina y muestra de algún modo la dirección de los vientos políticos en la región. El triunfo hace un año de Alberto Fernández en Argentina ha sido replicado por la categórica victoria de Luis Arce, heredero de Evo Morales, en las elecciones presidenciales bolivianas. Es curioso: Arce obtuvo 7 puntos más de los que logró (con presunciones de fraude, nunca demostradas) el histórico líder indígena.

¿Camina la región hacia una segunda etapa del experimento socialista? En Ecuador, sus seguidores se frotan las manos porque si hay algo que en política se agradece es el poder de los símbolos, y el triunfo avasallante de Arce lo es. El mensaje implícito parece claro: hay en el voto de la mayoría un rechazo a las dirigencias que sucedieron a los socialistas y una clarísima nostalgia por los (buenos) tiempos idos.

Si bien las circunstancias del auge socialista se cimentaron en una bonanza económica que no tenía antecedente en la región, ese detalle no parece estar en la cabeza de un elector que justifica su voto en hechos concretos. Y es ahí donde los analistas económicos y políticos suelen errar el tiro. Frente a un ciudadano que recuerda que los servicios básicos y públicos estuvieron a su alcance y ya no lo están, no tienen cabida los densos análisis que muestran cómo las vacías arcas fiscales no podrán financiar más una bonanza como la que gozaron años atrás.

A ese ciudadano devastado emocional y económicamente, que mira cómo no hay empleo y los servicios de vivienda, salud o educación se han deteriorado o desaparecido, poco le importarán los cuadros de la macroeconomía que no entiende ni quiere entender. Que antes hubo muuuucho dinero y en buena parte fue despilfarrado o robado, le importa poco. Le vale saber quién de los candidatos está más cerca de solucionarle sus problemas cotidianos, su presente derrotado. La clave del mensaje electoral en Ecuador estará ahí. Y para esa clave, los vientos de la región ayudan. Que Arce barra en Bolivia es un símbolo para los que se sienten nostálgicos. Y desamparados.