Convirtamos Ecuador en Singapur

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"Señor presidente: eliminemos aduanas. Arancel cero y libre comercio. Convirtamos Ecuador en Singapur".

En Ecuador la gente muere de hambre. Continuar endeudando al país o refinanciando deudas de Correa carece de lógica económica. Es la corrupción rampante. No hay trabajo. Aumentan el desempleo, el miedo, la angustia y la falta de trabajo, agravados por la pandemia de China comunista; Ecuador vive en caos. La solución no está en “financiar” al fisco ni al Gobierno. La gente, el pueblo, no vive de leyes ni de más deudas y robos fiscales.

Después de ser burócrata de empresarios de Quito, Richard Martínez Alvarado, teórico de escritorio, se convirtió hace 2 años en ministro de Economía con una estrategia fiscalista contraria a la libertad.

Entre el 1 de enero y el 13 de mayo 2020, en plena pandemia, pagó deudas de Correa: US$ 1.600 millones, aumentando en US$ 500 millones a la de 2019.

No son leyes de apoyo humanitario ni de ordenamiento de las finanzas públicas. “No tienen solidaridad para cuidar la vida y el empleo”. Improvisación. No hay “productividad” sin producción. Ni “competitividad” sin total competencia.

Mano dura a la corrupción y a la mañosería de políticos y burócratas “profesionales”.

Señor presidente: eliminemos aduanas. Arancel cero y libre comercio. Convirtamos Ecuador en Singapur. País libre, genera confianza para nuevas e inmediatas inversiones. Lleno de rascacielos, ‘jets’ privados y Rolls-Royce, Singapur es el cuarto país más rico del mundo, solo superado por Catar, Luxemburgo y Macao. Más competitivo que Hong Kong y EE.UU. Es “La perla de Asia”. Diminuta ciudad-estado. 5,6 millones de habitantes. Uno de los mayores centros financieros del mundo, produce más millonarios. Es el más costoso para vivir (Economist Inteligencie Unit).

Era una isla pobre, sin recursos naturales, ni futuro. No tuvo ni tiene banano, cacao, pesca, oro, petróleo, cobre, flores, ganadería, selvas inexploradas, ríos, ni puerto de aguas profundas como Ecuador. Independizado de Inglaterra y Malasia (1965), Lee Kuan Yew (reelegido por 30 años), lo convirtió en “milagro económico”.