Columnas

El candidato Lasso

"Lasso podría ser un buen presidente. Pero la corrupción es imparable. La falsa democracia sustenta el perdón y olvido. El modelo a seguir es Singapur"

Andrés Arauz Galarza, 35 años, “amigo” de Rafael Correa, como miembro de Sempladaes, en el Ministerio de Finanzas, autorizó la demencial deuda externa de Ecuador por $ 60.000 millones (ver mi artículo de 14-ene-2021 Diario Expreso). Gran gestor de “obras” de Correa y de corrupción a todo nivel. Buena la acción de Lenín Moreno de impulsar y respaldar el combate a la corrupción. Las principales cabezas están presas, otros fugados y muchos siguen de “agache” en “política”.

Guillermo Lasso Mendoza, 65 años. Guayaquileño, tercera candidatura presidencial, banquero, exministro de Finanzas, exgobernador del Guayas. Terminó construcción del Terminal terrestre de Guayaquil. Plantea libre comercio, acuerdos internacionales, seguridad jurídica. Propone: política comercial, derecho internacional, vigencia de la democracia, medioambiente y derechos humanos. Seguridad jurídica, inversión privada y comercio mundial. Generar empleo. Turismo: eliminar procesos burocráticos y homologar reglamentos técnicos para importaciones bajo estándares internacionales. Reducir costos y tiempos de exportación e importación. Lasso podría ser un buen presidente. Pero la corrupción es imparable. La falsa democracia sustenta el perdón y olvido. El modelo a seguir es Singapur. En 1960, era de los países más violentos del mundo: criminalidad, por vecindad con Malasia y China, tráfico de drogas. Impunidad y malos manejos en el gobierno. Las mujeres no podían salir de su casa. Podían ser abusadas sexualmente y asesinadas. Una ciudad sin orden. Tráfico de influencias. De las más sucias de Asia. En las cárceles había más de 500.000 presos, pero 6 meses después solo quedaban 50. Se adoptó el trabajo forzado para los criminales confesos, narcotraficantes y violadores probados, siendo los más repetitivos condenados a muerte. El gobierno fue más lejos: que toda figura pública corrupta (políticos, policías, militares, etc.) fuera condenada a muerte (siempre con pruebas sólidas que los involucren). Lee Kuan Yew, primer ministro por más de 30 años, y su hijo Lee Hsien Loong, son artífices del “milagro económico”.