Columnas

Las clases y la pandemia

En plena pandemia (abril del 2020) muchos países tuvieron que imponer rigurosas medidas de confinamiento y más de 194 cerraron sus sistemas educativos, lo que equivale al 91 % de los estudiantes de todo el mundo, aproximadamente. Luego fueron obligados a recibir educación en una nueva modalidad en línea. En nuestro país, con una población de 4,280 millones de estudiantes, 187.277 presentan atraso escolar y casi 90.000 han abandonado las aulas, según la Unesco.

La no escolaridad ha ocasionado una disrupción enorme en las vidas, el aprendizaje y el bienestar de los niños y jóvenes a nivel mundial. Problemas de identidad, sociabilidad, independencia e interacción, estrés, depresión, ansiedad, con cuadros compulsivos agresivos, generados por el confinamiento prolongado, aparte de la disrupción en su proceso formativo, cognitivo, afectivo.

Toda una generación ha interrumpido su proceso educativo y según el blog Enfoque Educación, de la División de Educación del BID, en todo el mundo solo unos 30 países aún mantienen las escuelas cerradas y la mitad de ellos son de América Latina y el Caribe. En la región, 18 países han abierto sus escuelas de manera parcial con un programa progresivo y con aforo, según el estado o municipio. Actualmente solo 8 países en la región tienen todas sus escuelas abiertas.

Abrir las escuelas es un paso hacia una nueva normalidad en un mundo cambiado, donde el regreso a la presenciabilidad se considera como un imperativo para poner en marcha las economías devastadas por la pandemia. El asistir a los centros educativos no propaga el virus, la transmisión se da por la falta de higiene y no aplicación de las medidas de bioseguridad, como lavado de manos con abundante jabón, uso de alcohol de manera constante, el distanciamiento social y uso de mascarilla cubriendo nariz y boca. En Ecuador se hace necesario volver a la escolaridad, con planes de retorno progresivo y estrictas medidas de bioseguridad. Es pertinente que el Gobierno incluya a todos los maestros públicos y privados en el programa de vacunación contra el coronavirus.