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Roberto Passailaigue: Tiempo de fiestas

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Que el 2024 nos traiga paz, bienestar y felicidad a todos y cada uno de los ecuatorianos

Me refiero a que siendo diciembre el último mes del año, con él llegan las fiestas de Navidad y Año Nuevo. La Navidad es considerada la fiesta más importante del cristianismo, en la que se celebra el nacimiento de Jesús de Nazaret. El festejo no solo es religioso puesto que para la mayor parte de la humanidad es motivo de reuniones familiares y de amigos para festejar esta fecha símbolo de paz.

El verdadero significado de la Navidad radica en lo que este hecho histórico aportó a la humanidad, por lo que es tiempo de meditación sobre lo que somos y lo que debemos ser, lo que hemos hecho y lo que debemos hacer. Reflexión sobre nuestra actitud ante la vida, con la manifestación o práctica de principios éticos y morales, así como la observancia de los valores humanos, entre ellos la honestidad, servicio, respeto, solidaridad, humildad, unión, amor, paz y la esperanza que, son más recordados en la época de Navidad.

Esta Navidad ha sido especial, pues con el operativo Metástasis renace la esperanza de instaurar un Estado de derecho, y no para ser despilfarrado a nombre de supuestos derechos de simpatizantes, agnados y cognados de los ‘progres genéricos saopaulistas pueblanos’ que han permitido o saqueado a las instituciones públicas y quieren ahora aparecer como sus defensores, salvadores de la democracia, los derechos humanos y el Estado garantista; pero realmente reclaman el manejo de las cuotas de poder, de los cargos, contratos o el manejo de las obras, bienes y servicios, para repartirse el presupuesto y el poder. Cuidado con los colaboradores de anteriores gobiernos que siguen en la administración pública.

Ojalá que el nuevo año 2024 sea mejor que los anteriores y que la irregularidad, corrupción y delincuencia organizada sean derrotadas en sus malsanos propósitos. Que el nuevo gobierno administre nuestro país con miras al bien común, a la lucha contra la corrupción, como lo ha declarado, y no de manera demagógica politiquera, solo con miras a las próximas elecciones. Que el 2024 nos traiga paz, bienestar y felicidad a todos y cada uno de los ecuatorianos.