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Viviendo otra realidad

Avatar del Roberto López

...Pero cuando uno ve que un descamisado pepudo ‘te recojo las pesas’ con un saco lila, cree posible burlarse del país con el cuento de que sufre de amnesia..

Hemos llegado a lo que bien podría catalogarse como un estado de incredulidad social, en el que ya nadie cree nada. Es que estos mamarrachos (me refiero a quienes pretenden embaucarnos) asumen que creemos argumentos que no engañan ni a un niño de primaria: “Compramos con sobreprecio porque la pandemia encareció todo”. Descarados. No se esfuercen: sabemos que están robando. No pretendan convencernos mientras sus hijos salen retratados en Ferraris en las redes sociales, porque no es creíble.

Es verdad que no se debe juzgar a las personas por su apariencia. Pero cuando uno ve que un descamisado pepudo ‘te recojo las pesas’ con un saco lila, cree posible burlarse del país con el cuento de que sufre de amnesia, luego de haber sido pescado tratando de fugar al Perú con quince millones de dólares, lo menos que se siente es indignación.

Pero al saber de dónde provienen los 15 millones, esa misma indignación se transforma en náuseas. Según reveló Ecuavisa, el amnésico es quien traficaba con la desgracia del pueblo cuando la ciudad estaba inundada de cadáveres insepultos, vendiendo la fundas para los mismos al escandaloso precio de $ 148 dólares, cuando en el mercado estaban a solo $ 14. El hospital del IESS de Los Ceibos le adjudicó ilegalmente la adquisición de cuatro mil fundas a la empresa Siverti S. A., que hizo llegar el dinero a la empresa Ecomedic del desmemoriado.

Además está la frustración al pensar: bueno… y ahora… ¿A qué hora lo sueltan? Porque el historial de capturados/liberados aún “ta fresquito” en nuestras retinas. Tan solo hace una semana saboreábamos la deliciosa cena al carbón “prefecto al grillete”, mucho más aburrida (por lo predecible) que cualquier serie de Netflix.

Y la reafirmación es que la guapa que “vive en otra realidad” (¿Lo dijo, no?… Todavía me resulta difícil creerlo) se fue pafuera antes de que cantara como Pavarotti. ¿Explicaciones? Ninguna. Claro, la cereza del pastel fueron los intentos de emular a Corín Tellado. La frase “el sentimiento está sobre todas las cosas” acaba de ingresar a los anales de la estupidez nacional.