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La realidad cortoplacista

Avatar del Paúl Palacios

Los incesantes cambios en los intereses de los votantes para el corto plazo, perturban sus beneficios importantes en el horizonte’.

Recibo mensualmente el resumen de investigación social de una prestigiosa firma dedicada a la tarea de auscultar las tendencias e intereses de los consumidores a nivel mundial; datos que son absolutamente valiosos para que tomadores de decisiones orienten sus objetivos, planes y estrategias.

Durante los últimos 12 meses he tratado de concentrarme en el capítulo de ‘Qué le preocupa al mundo’. El estudio tiene una sólida validez estadística y permite ir reconociendo los cambios que se van produciendo a una velocidad de vértigo en el interés y preocupación de las diversas poblaciones.

Para un administrador del sector privado es esencial esta información, pero para un político es terriblemente más importante. A diferencia de un gestor empresarial que, si bien debe dar resultados tangibles en el corto plazo, generalmente es evaluado por métricas de plazos más extendidos, como crecimiento en ventas, participación de mercado, rentabilidad sobre el patrimonio, etc., el político debe tener resultados constantes de corto plazo. La posibilidad de que los electores voten cada día a través de las redes sociales hace que los políticos vayan perdiendo la óptica de los procesos transcendentes para un país, y vayan concentrándose en lo que es importante para su elector ‘hoy’. Si ahora es importante tener presencia en el estadio para complacer a la fanaticada, pues al estadio va. Mucho menos trascendente es una obra de infraestructura necesaria pero visible en cinco años. Si un directorio de una empresa encontrara a un gerente general concentrado exclusivamente en ver cómo contenta a los clientes con promociones hoy, pero abandonando planes de innovación, expansión o mejoramiento continuo, seguro le terminan su contrato. Entonces pongámonos a reflexionar ¿quién es el responsable de que los políticos que acceden al poder nos estén ofreciendo circo cada día?

No podemos imponer en el elector qué debe preocuparle o qué no, pero sí podemos tener la institucionalidad para que se evidencie el incumplimiento de los planes de gobierno, y se trabaje mirando el largo plazo, más allá de ir al estadio.