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Paúl Palacios: Sí señora ministra

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Tiene razón al expresar que esta es una batalla de la sociedad toda, pero la dirección por parte del Estado de ese combate es indelegable

Hace pocos días en una entrevista que concedió la ministra de Gobierno, señora Mónica Palencia, al periodista Carlos Vera, indicó que “el tema de seguridad es un tema de todos”. Rápidamente las redes sociales, el nuevo medio para ventilar la opinión pública y publicada, saltó con discusiones intensas sobre esa afirmación. No pocas personas expresaron su incomodidad, y en ciertas ocasiones su rechazo a tales declaraciones, siendo cáusticas al señalar como único responsable de controlar la delincuencia a las entidades de seguridad del Estado.

En mi opinión, la ministra tiene razón, es una guerra; sin duda la más cruenta, despiadada y profunda que tendrá que librar la sociedad, y en esa guerra todos tenemos un lugar de responsabilidad. Cada persona en este país debe cumplir una misión, desde luego con el rol preponderante de las organizaciones del Estado creadas para el efecto. Sin embargo, esta no es una contienda donde saltará a la cancha algún espontáneo a ver cómo nos organizamos, esta tarea deberá tener el liderazgo dentro del Gobierno; no sé si sea ella o algún otro funcionario a quien el presidente delegue. Esta persona deberá coordinar las acciones concurrentes hacia el propósito con la Legislatura, con el poder Judicial, con la Fiscalía, con las instituciones públicas armadas para la prevención y represión del crimen. Esta persona también deberá trazar la estrategia de acción con la sociedad civil para que cada ciudadano sepa su papel como líder de familia, como organización barrial, como empresario en su núcleo productivo, como alcaldes en sus cantones, como líderes políticos en sus organizaciones, como banca en prevención del lavado de dinero.

Esta es una contienda donde debemos cuidar el tejido social, y como país dar un camino alternativo a quienes han desviado su proceder causando daño y dolor.

Una estrategia siempre tiene unidad de comando, y esa responsabilidad es indelegable por parte del Estado, que se supone nos representa a todos. Quizá eso preocupaba a quienes se mostraban contrariados.

Al principio será difícil, pero todo es difícil al principio. El país espera.