Premium

Regularizar la migración

Avatar del Paúl Palacios

"La evidencia económica desvanece los mitos de la inmigración sobre el empleo y la amenaza de perder dólares por remesas"

El presidente Lasso durante su campaña, y ratificándolo hace pocos días, indicó su intención de buscar la formalización migratoria de la inmensa cantidad de venezolanos que residen en el país. Más allá de la razón que debe movernos como sociedad hacia ese objetivo, que es la humanitaria y recíproca con los cientos de miles de ecuatorianos que aún no lo logran en otros países, pensemos en el tema económico. Hay dos mitos sobre los migrantes: el primero es que vienen a desplazar a trabajadores ecuatorianos en sus escasas plazas de trabajo y, el segundo, que al remesar divisas a sus familias en el exterior, debilitan la dolarización.

Una reciente obra, Buena economía para tiempos difíciles, escrita por los reputados Abhijit Banerjee y Esther Duflo, con abundante información sobre grandes procesos migratorios, concluye que no se observa un impacto material negativo en los salarios locales, en las plazas que cubren los migrantes, pues ocupan actividades en las cuales los trabajadores locales a esos salarios no estaban dispuestos a cubrirlas. Añade que, en ciertas circunstancias de plazas de mayor requerimiento de destrezas, su impacto en la productividad local es muy relevante. Continúan los autores indicando que los efectos de la migración en la demanda agregada de bienes y servicios, provocan un impacto de compensación en la oferta agregada, y el resultante es la creación de empleo, en especial para personas de menores destrezas. Sobre el impacto en la Balanza de Pagos como consecuencia de las remesas, la preocupación es menor. La cantidad de remesas es apenas una fracción del valor económico añadido, pues de lo contrario no podrían sostenerse. Para visualizarlo, es el caso de California, por ejemplo, donde el valor agregado de los migrantes para cosechas agrícolas es mucho mayor que el dinero con el que regresan a sus casas. Luce contraintuitivo, pero los números lo evidencian.

Formémonos juicios con base en información para no estigmatizar a nadie, y estemos conscientes de que no todos son deseables ni santitos, pero en general son como nuestros migrantes, gente buena.