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Paul E. Palacios | Banco Pacífico

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¿Es el mercado de valores lo suficientemente amplio para absorber ese tamaño de inversión? No

Diario EXPRESO hace pocos días observó la necesidad de definir la posición de Banco Pacífico en el sector financiero. Personalmente no creo que es sostenible indefinidamente que una entidad de la naturaleza del banco deje de caer en manos del gobernante, quien fuera, para usarlo como mecanismo de proyección de políticas públicas, aunque aquello pueda estar en contra del mejor beneficio económico de la entidad, y de su sostenibilidad en el tiempo.

En el caso del Pacífico hay un dilema de competencia leal, pero ese es un tema del que trataremos en otra columna. Ahora vale la pena reflexionar sobre si es posible que el Estado desinvierta, total o parcialmente, y utilice esos recursos de manera socialmente más eficiente. El momento para hacerlo será cuando se alcance el menor riesgo país posible, porque en gran parte su precio dependerá del valor percibido no solo como entidad (riesgo no sistémico), sino como el país donde se desenvuelve.

Si no fuera posible venderlo a una entidad extranjera como un todo, ¿será posible venderlo en una suerte de capitalismo popular? Me refiero a la venta de acciones al público de manera dispersa y no concentrada. Creo que antes sería imprescindible tener un operador diferente al Estado, pues de lo contrario se trasladaría un riesgo inaceptable a pequeños inversionistas.

¿Es el mercado de valores lo suficientemente amplio para absorber ese tamaño de inversión? No, no lo es. Colocar esa magnitud de capital (entre $ 500 y $ 800 millones) es imposible en un mercado tan pequeño. Sería deseable que el operador de primer orden sea también accionista, y colocar el banco a través de un instrumento tipo ADR en alguna bolsa del exterior, y desde luego localmente también con acciones comunes.

Es previsible que, si el banco continúa en manos públicas y por más profesional que sea el designado para su manejo, tarde o temprano la entidad sea cooptada políticamente, y si el depositante se da cuenta de eso, la posibilidad de deterioro puede ser irreversible.

Se opondrán a la desinversión, desde luego, quienes no conocen del tema y quienes conocen de él más de la cuenta.