Xavier Flores Aguirre | 190 años

Pero al menos este Ecuador de 1835 se proclamaba a sí mismo un Estado independiente y republicano
El 13 de agosto que acaba de pasar cumplió 190 años de haber sido fundada, formalmente y en Ambato, la República del Ecuador. Porque el Ecuador, como Estado, había aparecido en el concierto de las naciones en septiembre de 1830 por la separación del Distrito del Sur de la República de Colombia, pero su ambición no fue ser un Estado independiente, sino ser parte de una confederación con el resto de los integrantes de la República de Colombia.
Lo que el Ecuador propuso en su texto constitucional de 1830 fue un cambio de estatus. Seguiría existiendo la República de Colombia, pero en vez de ser una República centralista, ella sería una República confederativa. Es decir, los distritos que hubo en la República de Colombia pasarían a ser unos Estados confederados. El artículo 2 explicita su intención: “El Estado del Ecuador se une y confedera con los demás Estados de Colombia para formar una sola Nación con el nombre de República de Colombia”.
Su artículo 5 revela la subordinación de la Constitución del Ecuador: “Los artículos de esta carta constitucional que resultaren en oposición con el pacto de unión y fraternidad que ha de celebrarse con los demás Estados de Colombia, quedarán derogados para siempre”. Y el artículo 3 establecía el procedimiento para alcanzar ese pacto de unión: “El Estado del Ecuador concurrirá con igual representación a la formación de un Colegio de Plenipotenciarios de todos los Estados, cuyo objeto sea establecer el Gobierno general de la Nación y sus atribuciones, y fijar por una ley fundamental los límites, mutuas obligaciones, derechos y relaciones nacionales de todos los Estados de la unión”.
A nadie le interesó la propuesta del naciente Ecuador y, en realidad, les debió parecer muy extraño que un país pequeño y poco poblado quiera participar “con igual representación” en la discusión sobre la ley fundamental para regular las relaciones entre los tres Estados de esta hipotética Colombia. La reunión de este Colegio de Plenipotenciarios jamás ocurrió.
Lo que sí ocurrió en 1832 fue la derrota del Ecuador en la guerra contra la República de la Nueva Granada (el nuevo nombre de Colombia desde 1831) y en 1834 una reunión que convocó a los plenipotenciarios de los Estados del Ecuador, Nueva Granada y Venezuela, pero no para el propósito que decía la Constitución del Ecuador, sino para discutir sobre el reparto de la deuda de la independencia contraída con acreedores del Reino Unido. A esta reunión no acudió el representante del Ecuador, porque estábamos en medio de una guerra civil. Nos clavaron, entonces, un porcentaje desproporcionado de la deuda, que se pagó finalmente en los setenta del siglo pasado.
De esa guerra civil de 1834-1835 surgió la República del Ecuador. Entre el Ecuador de 1830 y el de 1835 mediaban la derrota en una guerra y una deuda desproporcionada. Pero al menos este Ecuador de 1835 se proclamaba a sí mismo un Estado independiente y republicano. El artículo 1 de su nueva Constitución decía: “La República del Ecuador, se compone de todos los ecuatorianos, reunidos bajo un mismo pacto de asociación política”.
Somos una República desde hace 190 años. Se lo debió celebrar, pero a nadie le importó. Ecuatorianidades.