Francisco Rosales Ramos | ¿Cuándo las reformas de fondo?

El Gobierno no puede malgastar una consulta al no incluir los asuntos de fondo
El presidente Noboa tiene 20 meses en funciones, casi medio período constitucional de un gobierno ordinario.
Si bien su primer mandato de cuatro años se inició apenas hace tres meses, no es un régimen que recién empieza. Al contrario, ya conoce las facultades y limitaciones del poder. Su amplio triunfo en febrero de este año le dio un ‘mandato claro’: cortar por lo sano la violencia y la inseguridad, dinamizar la economía, crear puestos de trabajo, nunca más los apagones, equilibrar el presupuesto fiscal, reducir el tamaño del Estado, desterrar la corrupción y las prácticas autoritarias del correato, y no más impuestos.
El ciudadano hizo un acto de fe sobre su capacidad para dirigir al país, al punto que pasó por alto los tres meses de apagones en 2024 que en cualquier otro caso habrían eliminado las posibilidades de reelección.
Noboa tiene un enorme compromiso que le obliga a realizar, con capacidad y decisión, los ajustes fundamentales que requieren la Constitución y las leyes para atraer inversión local y extranjera, hoy raquíticas por la desconfianza que generan la inestabilidad legal, la corrupción de la administración de justicia y la ineficacia de las administraciones nacional y regionales.
El Gobierno no puede malgastar una consulta al no incluir los asuntos de fondo, ni enfrascarse en intrascendentes enfrentamientos con otros organismos públicos, y menos en una execrable marcha contra la Corte Constitucional, comandada por el propio presidente de la República.
Se desgasta innecesariamente al repetir las corruptelas de la década perdida, como los buses de provincia, los sánduches y los refrescos, y una inaceptable pancarta con los rostros de los jueces de la CC.
Mientras no se abran a la inversión privada los sectores estratégicos, como la energía eléctrica y el petróleo, se modernice el Código del Trabajo, se permita el arbitraje internacional para resolver conflictos con inversores extranjeros y se sanee la administración de justicia, la nación seguirá estancada y los conflictos sociales en aumento.