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Paúl Palacios: El impresentable

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El dictador sabe que el único lugar seguro que tiene es el asiento presidencial

Venezuela prevé realizar sus elecciones presidenciales el 28 de julio próximo. El ganador de esas elecciones será Nicolás Maduro. El resto de participantes, si es que hay alguno, no tienen la menor posibilidad.

Hace pocas semanas la opositora María Corina Machado, a quien las encuestas le dan el triunfo abrumador, fue descalificada por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). La inhabilitación es por 15 años, y la causa está basada en un dictamen de la Contraloría, porque supuestamente Machado no incluyó en su declaración jurada de patrimonio el pago de bonos de alimentación.

La gran ganadora en las primarias de meses atrás demostró en 2021 que la imputación era falsa, y que el único propósito era alejarla de la contienda electoral.

Hasta el momento Machado ha sido inclaudicable en la oposición, y se había negado a cualquier otra forma de deponer a Maduro que no sea en las urnas. Con todos los poderes cooptados por el régimen en Venezuela, y por la premura del tiempo de inscripción para las elecciones, la oposición con Machado a la cabeza, decidió candidatizar a Corina Yoris. La señora Yoris es una doctora en letras, de trayectoria muy respetada y últimamente nombrada miembro de la Academia Venezolana de la Lengua. El apoyo frontal de Machado a Yoris elevó la posibilidad de ganarle a Maduro en las urnas, y rápidamente el régimen se las ingenió para boicotear la inscripción. Un supuesto fallo informático en la página de la autoridad electoral lo impidió. Si no hubiera sido eso, era una caída de la energía, y si la energía funcionaba, se las ingeniaban para que caiga un rayo. El punto es que no exista la menor posibilidad de que se produzcan elecciones libres con un candidato que ponga en riesgo la continuidad del régimen.

Incapaces ya hace años de lograr mantenerse en el poder por voluntad popular, han estructurado todo un sistema siniestro de represión dentro y fuera de Venezuela, para sostenerse en Miraflores.

¿Y qué dicen los progres que se rasgan las vestiduras por la democracia en la ‘Patria Grande’? Nada, le guiñan el ojo al impresentable, porque maman de su teta.