Puertas sin cerrojo

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Hasta antes de la pandemia de COVID-19, las Naciones Unidas consideraban entre sus dos mayores riesgos para la seguridad mundial, una pandemia y un ataque cibernético generalizado.

La criminalidad cibernética es considerada por muchos expertos a nivel internacional como uno de los problemas de mayor crecimiento y complejidad en materia de seguridad. Hasta antes de la pandemia de COVID-19, las Naciones Unidas consideraban entre sus dos mayores riesgos para la seguridad mundial, una pandemia y un ataque cibernético generalizado.

Tomemos en cuenta por un momento la cantidad de objetos que en la modernidad se pueden encontrar “en línea” y las funcionalidades que tienen o la información almacenada. Desde armas y reactores nucleares; pasando por redes enteras de producción y distribución energética, reservas monetarias, secretos de Estado, información financiera, por mencionar algunos.

En el mundo real, las puertas constituyen el mecanismo que permite e impide el acceso a determinados sitios. La necesidad de mantenernos seguros nos ha llevado a implementar seguridades en esas puertas, que van desde cerrojos, pasando por cámaras de seguridad e incluso sistemas biométricos.

Ahora bien, imagine que cada dispositivo que reposa en su casa y que se encuentra “en línea” es una puerta. Pregúntese por un momento: ¿qué tipo de cerrojo le pongo a mi teléfono o a mi I-Pad? (Y no, bloquearlo no basta)

Pero entonces alguno se preguntará: ¿y qué puede pasar, si yo no tengo información relevante en esos dispositivos? La pregunta real es: ¿de verdad crees saber qué tipo de información están buscando y qué tan insegura está?

La modernidad nos llama a implementar seguridades a nivel doméstico, empresarial y estatal en temas informáticos. La conectividad segura, y la correcta protección de terminales informáticos son materias que requieren de un mayor cuidado.

Ecuador ha sido víctima recurrente de fuertes ciberataques en los últimos años, tanto a nivel estatal, como privado. Sin embargo, y de acuerdo al Banco Interamericano de Desarrollo, la inversión e implementación en temas de seguridad informática es muy baja comparada con otros países de la región.

Existen ya algunos esfuerzos hacia la ciberseguridad como país. Es probable que antes de esta lectura, usted no hubiera escuchado hablar del EcuCert, un grupo de trabajo dependiente de la Arcotel, destinado a mitigar ciberataques. Asimismo, normas de reciente aplicación como la Ley de Protección de datos.

Sin perjuicio de lo anterior, es menester recordar, que para estar seguros se necesita inversión privada de los proveedores del servicio y custodios de la información. Debe haber gasto en infraestructura y software. Al final del día, no importa si hay leyes y policías, igual debemos poner el cerrojo en la puerta para reforzar las seguridades.