Columnas

La era de la traición

"Por el estilo, quién sabe cuántas cosas más, como si se persiguiera dejar una política de “tierra arrasada” como herencia para el gobierno que vendrá"

Aunque aún queden cuatro meses para que finalice el período presidencial de Lenín Moreno, sus actos de gobierno han estado como marcados por el propósito de destruir, en lo posible, lo hecho por su antecesor Rafael Correa, coideario del movimiento Alianza PAIS, por lo que su traición fue doble: al exmandatario y al partido que lo auspició. Así quedará para la historia. El primer acto fue el retiro del asilo político concedido a Julian Assange en la embajada en Londres, donde permaneció por varios años, hasta ser arrestado por la policía inglesa, negándose ahora el Reino Unido a extraditarlo a EE.UU., como ha pedido para juzgarlo por 18 cargos, entre ellos el de espionaje, ante lo cual el presidente de México le ha ofrecido asilo. El segundo fue desmantelar la sede de la Unasur y dárselo a los indígenas para que montaran en él su universidad, cosa que estos rechazaron. El tercero, borrar del mapa el centro de investigación y estudios Yachay, intento que tampoco progresó. El cuarto, paralizar y desechar el proyecto de la refinería del Pacífico. El quinto, desatender las Escuelas del Milenio y tratar de volver a las escuelitas unidocentes, error que se puso en evidencia con el sistema de clases virtuales a que obligó la pandemia y que de no ser por el espíritu de sacrificio de voluntarios docentes que fueron a dar clases presenciales en parroquias rurales no se habría solventado en buena medida, como en efecto ocurrió. La venta del Banco del Pacífico, el de mejor trato y préstamos a sus clientes, que aunque se dice ya efectuada parece no haberse concluido, y quizá no lo perdamos. Por el estilo, quién sabe cuántas cosas más, como si se persiguiera dejar una política de “tierra arrasada” como herencia para el gobierno que vendrá. Y eso ya no constituye solo traición a Correa sino daño de lesa humanidad al país entero, que creyó en él con el aval de Correa y Alianza PAIS. Para rematar, en la Asamblea no faltó algún servil asambleísta a las órdenes de Moreno que propuso que se suprima el pago de la pensión vitalicia de que goza Correa como exmandatario, en razón de la sentencia que le fuera impuesta en ese colosal mamotreto jurídico inventado por la fiscal general Diana Salazar, que fue el caso Sobornos 2012-2016, asunto que se encuentra a resolución de la Corte Constitucional.