Columnas

Convivir con el horror

Tres casos de horror en una sola página de este mismo diario en su edición del 10 de octubre...

Aparentemente los guayasenses nos estamos acostumbrando a convivir con “el horror”, como por desgracia parecen haber tenido que hacerlo desde mucho antes los manabitas, rioenses y esmeraldeños, aunque terribles casos aislados se den en todo el país, en especial de femicidios. Pero el “horror” que queremos destacar es el de la psiquis del pastor protestante Evert García, quien utilizando el nombre de Dios y oficiando como una especie de exorcista, “para expulsarles el pecado”, seducía a jóvenes muchachas a quienes usaba sexualmente en la parroquia Pascuales y en el cantón Santa Fe de la provincia de Los Ríos, donde ejercía su ministerio eclesiástico.

Según el psicólogo forense Segundo Romero, “la recuperación emocional de las personas agredidas será complicada porque seguramente piensan que lo ocurrido es culpa de ellas y se sentirán sucias, devaluadas, avergonzadas, y es posible que necesiten ayuda psicológica para superar la tragedia que marcó sus vidas y su creencia en Dios”. y horror indescriptible fue también el que debió sufrir Margarita Minaya, al mirar desde su casa, donde minutos antes había estado a visitarla su nuera Adriana Pilay Quiroz, cómo esta en el camino de regreso a la suya fue interceptada por dos delincuentes que se transportaban en una moto y trataron de arrebatarle su celular; como ella se resistió, “uno de los malandrines sacó un cuchillo y se lo clavó en el tórax, luego de lo cual la levantó en peso, la tiró al piso y le dio un patazo”, según ella lo describe.

Otro caso más de horror es el del adolescente de 17 años condenado a seis de prisión por un Tribunal Penal en Manabí debido a la muerte su abuela de 77 años, a quien mató a puñaladas para robarle el dinero que había recibido por la venta de un chivo, según las investigaciones efectuadas, hecho sucedido en febrero en una zona rural de Montecristi, provincia de Manabí.

Tres casos de horror en una sola página de este mismo diario en su edición del 10 de octubre, en contrapunto fúnebre a nuestras fiestas octubrinas, azotadas por este terrible año de la pandemia.