Desde el gobierno de Lenín Moreno el movimiento indígena se ha convertido en una suerte de talibán criollo en la democracia ecuatoriana, al pretender imponer teorías y modelos político-económicos caducos en el mundo actual, a revuelta y palo por sobre la voluntad ciudadana mayoritaria.

Dicen representar al pueblo oprimido pero no existe mayor opresión que la de ellos sobre sus pueblos, donde el acceso al agua se convierte en la herramienta de chantaje para obligarlos a participar en las denominadas movilizaciones. Al respecto cabe realizar las siguientes precisiones: 1) La representatividad en democracia está dada por el poder político que nace del pueblo, y es ejercida por su mandatario, elegido por más del cincuenta por ciento de la sociedad a la que pretende representar y por la que pretende actuar. 2) Los grupos étnicos de Ecuador, según datos de la Cepal al 2020 son: 71,9 % mestiza, 7,4 % montuvia o campesina de la costa; 7 % indígena, 6,1 % blanca, 5,3 % negra, 1,9 % mulata, y otras razas son el 0,4.

La población mestiza, siendo la más numerosa, mal haría en arrogarse la representatividad de todos los ecuatorianos; igual reflexión cabe para los indígenas, mulatos, etc., como etnias individualmente consideradas. 3) En política la legitimidad involucra la justificación ética del origen del poder, es decir que sea democrático, facultándolo para ordenar y ser obedecido. 4) Gobernar es el ejercicio de la dirección, administración y el control de un Estado; que en democracia recae en el poder Ejecutivo.

Para que un gobierno pueda ejercer el poder político debe tener el talento e idoneidad de influir en el comportamiento y proceder de sus gobernados; y estos deben tener la voluntad y convicción de obedecer a su mandatario.

La mayoría de ecuatorianos dimos en las urnas nuestro apoyo al hoy presidente Lasso para que nos gobierne. Tal confianza le otorga la representación y la legitimidad para que cumpla con su rol principal: gobernar, y no dejarse chantajear por minorías que no representan la voluntad de la mayoría de ecuatorianos. Así que, a gobernar presidente.