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Clientelismo y populismo. Resultado, el mismo

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Y así el pueblo seguirá comiendo cuento, mientras siga dando el voto al oportunismo, el populismo y el clientelismo

Los discursos de los candidatos a las distintas dignidades de elección popular están llenos de clientelismo electoral, cargado de populismo político. Donación de camisetas, víveres y bebidas espirituosas, diciendo al pueblo aquello que desea o anhela escuchar.

Pareciera que en algunos primara el oportunismo de llegar al servicio público, con la finalidad de aprovechar el cargo para mejorar su condición de vida o servir al ‘patrón’ de turno.

Al respecto, ya que se habla de narcopolítica, que es convertir en candidato a un peón de la estructuras de organizaciones delictivas nacionales y/o internacionales para consolidar el poder, político, porque el económico lo poseen, necesitan recuperar el poder político que de alguna manera lograron en los 10 años del gobierno del prófugo en Bélgica, que permitió convertir al Ecuador en narcoestado y que hoy están perdiendo.

Al respecto, reveladora es la nota periodística: “12 atentados contra políticos marcan las elecciones más violentas de Ecuador...”. Si consideramos que, coincidentemente, se cometieron en aquellas provincias o poblaciones donde se recluta delincuentes, se acopia narcóticos y/o se los distribuye internamente o al exterior, y se lava activos de diversas formas, incluida la minería ilegal; y si además consideramos que según otra nota periodística, más del 80 % de los candidatos no tiene título profesional, la pregunta que surge es: ¿cómo lo harán y con qué recursos? Y es justamente ese elemento el que debe tener en cuenta la UAFE, por cuanto ha quedado claro, que hay la posibilidad de lavado de activos en el financiamiento de una que otra campaña y en la realización de la obra pública, o de mirar a otro lado, en caso de la minería ilegal, de ganar el peón de la organización financiadora.

En todo caso, de lo expresado se evidencia que en la política actual siguen funcionando el oportunismo de faranduleros, peloteros; en resumen, aquellos que siguen obedientemente la instrucción del gran jefe.

Y así el pueblo seguirá comiendo cuento, mientras siga dando el voto al oportunismo, el populismo y el clientelismo.