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Modesto Apolo: Vacunadores con toga

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Al final del día terminan siendo nada más que vacunadores con toga

El ‘vacunador’ es un delincuente que extorsiona. Pero en nuestro sistema judicial opera otra clase de vacunador: el juez corrupto, aquel que firma sentencias, negocia justicia.

No son todos, pero el ‘juez vacunador’ exige recompensa, protección política a cambio de sentencias, suspender órdenes de prisión, otorgar medidas cautelares o archivar procesos.

Ambos personajes, el sicario que cobra vacunas y el juez corrupto que vende fallos, debilitan y destruyen el tejido social. Ahora, si bien es cierto que el extorsionador callejero busca transar con el sistema judicial, el juez corrupto es parte del sistema judicial corrupto.

Los datos de la Contraloría General del Estado son contundentes: 59 de 110 informes patrimoniales de jueces, fiscales y funcionarios judiciales contienen indicios de responsabilidad penal por enriquecimiento no justificado.

En el Consejo de la Judicatura, 57 informes más refuerzan esa mancha institucional.

El caso Metástasis reveló cómo el crimen organizado tejió redes en el aparato judicial para proteger narcos como Leandro Norero.

Casos como Purga, Pantalla y Depuración Azul revelan estructuras usadas para delinquir desde dentro del Estado. Entonces, el crimen ya no necesita sobornar, ocupa cargos públicos.

Tanto el vacunador callejero, como el juez corrupto, se nutren del miedo, de la impunidad y del silencio. Ambos empobrecen al país; uno con pistola y el otro con toga.

La solución no está únicamente en la cárcel para los involucrados, a quienes se les debe incautar el dinero, bienes y riqueza injustificada. Está en una depuración sin reservas del sistema judicial del Consejo de la Judicatura. Está en cortar de raíz la injerencia del poder político en la selección y permanencia de jueces. Está en garantizar concursos públicos transparentes con veeduría ciudadana e internacional.

Un país sin justicia, es un país sin futuro. Y si no entendemos eso, los vacunadores de siempre, los del arma y los togados, seguirán manipulando la ley en su beneficio, sacrificando la justicia.

Al final del día terminan siendo nada más que vacunadores con toga.